lunes, 23 de enero de 2012

El cerro Autana: Tepuy mágico del Amazonas.

El enorme estado Amazonas ha sido el hogar desde tiempos milenarios, de más de 40 etnias indígenas que han aprendido a convivir con sus selvas, su fauna y sus severas condiciones climatológicas. Los conquistadores españoles comenzaron a explorar el territorio apenas en el año 1639. Desde ese momento muchas otras expediciones se hicieron, pero las más célebres fueron aquella del sacerdote jesuita Manuel Román para descubrir en 1744 la unión de los ríos Orinoco y Amazonas por medio del brazo Casiquiare, la de José Iturriaga en 1753 para delimitar las fronteras con Brasil, la de Humboldt en 1800 para documentar científicamente los hallazgos, la de Codazzi en 1837 para completar sus mapas y la del mayor Iribarren en 1951 para llegar a las cabeceras del Orinoco.


Hoy en día no solo los exploradores pueden conocer de cerca las bellezas naturales del estado, sino todos nosotros también, en unas expediciones de turismo mágico que debemos hacer por lo menos una vez en nuestras vidas. Lo mejor y más fácil es comenzar por conocer el cerro Autana que, según la leyenda piaroa, es el árbol de la vida; aquí comenzó todo. Queda parte del tronco solamente, porque el árbol cayó hace mucho tiempo en una de esas guerras entre el bien y el mal, protagonizada por sus dioses enfurecidos. Las ramas del árbol caído dieron origen a las serranías del estado Amazonas, y su tronco se yergue como un altar elocuente, en un tepuy magnífico.


El viaje al Autana comienza en Puerto Ayacucho, capital del estado Amazonas, donde se toma un carro para hacer un recorrido corto, pero interesante, hacia el puerto de Samariapo. Allí embarcamos en un bongo, que nos lleva por una aventura de tres días entre los ríos más espléndidos e interesantes de nuestra geografía.
Después de cinco horas de navegación se llega al campamento Mavaco o boca del río Autana, muy cerca de una comunidad indígena. El campamento tiene unas churuatas cómodas para guindar hamacas, vista sensacional sobre el río, caney con cocina y comedor, además de unos baños muy básicos. Al día siguiente de vuelta al bongo, remontamos el río Autana durante unas cuatro horas y se llega a un lugar precioso llamado raudal de “Ceguera”, para acampar esa noche. Me gusta imaginarme que el nombre de “Ceguera” se originó por la espectacular vista que se obtiene desde aquí. Se observa después del río y la laguna, un valle formado por el cerro Autana, el cerro “Cara de Indio” y el cerro Waharí, alineados en una forma perfecta. Realmente este es uno de los lugares más bellos que he conocido, y observar un atardecer allí es un privilegio único.


Al día siguiente es la subida al cerro Waharí, para obtener la mejor vista posible del Autana. Una hora cuarenta minutos hicimos, en una suave caminata entre la selva, con pendientes fuertes en los metros finales. Al llegar al tope la vista era realmente sensacional; estábamos ahogándonos en el mismo aire purismo que envolvía al Autana. Imposible no ser feliz en esa cumbre, besando el alma de este árbol de la vida y observando cómo la energía del infinito, penetra en lo más profundo de nuestro ser.
Ven tú también para que compruebes la magia que transmite el Autana, para que respires este tan puro aire y observes ese cerro. Serás más feliz de lo que puedes imaginar.

COMO LLEGAR:
Hasta Puerto Ayacucho está volando Conviasa 0500-CONVIASA, www.conviasa.aero, en unos aviones muy cómodos. Desde Puerto Ayacucho, un guía los llevará a Samariapo por tierra, y luego en bongo durante dos días hasta el raudal de Ceguera.

DONDE ALOJARSE:
En los campamentos básicos, pero muy bien ordenados con unas churuatas grandes, donde se guindan hamacas con sus mosquiteros. Su punto débil son los baños, sobre todo para las mujeres que necesitan más privacidad y confort.

DONDE COMER:
Los paquetes incluyen todas las comidas, porque en la selva no hay otras opciones. La comida es casera y muy abundante, hay mucho pescado fresco de río en la dieta de estos parajes. Son deliciosos.

DONDE RESERVAR:
Henry Jaimes (0416)448.63.94 es un buen amigo que vive en Puerto Ayacucho desde hace años y es uno de los veteranos operadores de estas selvas. Su compañía “Ecodestinos de Venezuela” (0248)521.31.64 ofrece unos tours muy buenos.

NO OLVIDE:
Llevar ropa fresca y manga larga, por los puri-puris que a veces pican sin compasión. Mucho repelente del bueno y protector solar. Además, lleva una linterna y un sombrero bueno. Botas para caminar y sandalias sólo para bañarse en el río, porque de resto no servirán en la selva.


Los Viajes de Montenegro se transmiten de lunes a viernes a las 11:00am por la 100.7fm, la radio del Ateneo de Caracas.

lunes, 16 de enero de 2012

Fiestas de los Locos en la Vela y Sanare.

Una de las tradiciones más antiguas que se conservan en navidades, es la fiesta de los locos el 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes. Inspirados en la matanza que ordenó el rey Herodes a todos los infantes de su reino, para eliminar al Niño Jesús, esa celebración comenzó en la antigua Grecia, escogiendo un día en la cual los amos y esclavos cambiaban los papeles. Ese día los esclavos mandaban y podían hacer lo que quisieran, desde tomar los animales que vieran sueltos, hasta entrar en las casas ajenas a hurtar objetos, además de cantar, tomar y bailar a gusto.
Esa costumbre fue tomando forma en la Europa de la Edad Media y vino a Venezuela principalmente a los pueblos de La Vela de Coro, Sanare en el estado Lara, Quebrada Seca y la Mesa de Esnujaque en el estado Trujillo, El Valle y Pueblo Llano en Mérida y Agua Blanca en el estado Portuguesa.


En La Vela de Coro la celebración comienza el día 27, con la aparición de un personaje llamado “La Mojiganga”, que recorre el pueblo enmascarado vestido de negro y montado en una burra, sembrando el desorden en medio del sonido de tambores, bromas y alegría. El 28 un primer cohete anuncia la salida de “El Correo”, un pordiosero que toca las puertas de las casas escogidas, mientras los locos salen disfrazados a meter miedo a los niños y divertir a los grandes, después de otro toque de cohetes. Los locos terminan en la Iglesia besando al Niño Jesús y bendecidos por el cura, entre música, fantasías y alegrías.


Sanare es un pueblo hermoso del estado Lara, situado a 62 kilómetros de Barquisimeto y fundado por el fraile dominico Melchor Ponce de León en el año 1.620. Aquí la fiesta toma otra forma, con la salida por las calles de las Zaragozas. Ellos son un grupo de hombres disfrazados con retazos y máscaras, a bailar con unos semi – aros y a festejar la fecha. Misas, cohetes, disfraces y música, invaden al pueblo de Sanare cada 28 de diciembre.



COMO LLEGAR:
La Vela queda a 15 minutos de Coro, la capital del estado Falcón. Por la intercomunal que sale hacia Puerto Cumarebo y Morón, llegas rapidito. Para llegar a Sanare tomas la vía Barquisimeto – El Tocuyo y al pasar Quíbor, en la estación de servicio El Trébol, te vas a desviar hacia la izquierda, buscando las montañas. Sigue los letreros porque hay buena señalización. Te recomiendo que tomes esta carretera de día, para que aprecies el paisaje que es precioso. Sanare queda a sólo 62 kilómetros de Barquisimeto.
DONDE ALOJARTE:
En Coro te recomiendo la posada Los Pájaros.
La posada El Encanto de Sanare es sensacional, y pertenece al Circuito de la Excelencia, junto con algunas de las mejores posadas de Venezuela. La atención personalizada de su propietario, Manuel Saavedra, es un lujo que bien vale el viaje. Además, la colina donde está situada te ofrece una vista sensacional sobre los valles. Teléfono: (0414)353.65.85, www.posadaelencanto.com.
DONDE COMER:
Comida criolla en la Fonda Turística Sabor Latino, en el Paseo Alameda, en todo el centro de Coro. Teléfono: (0268)252.41.39
En las afueras de Sanare hay un restaurante donde se come comida criolla mejor que en cualquier lado. Se llama El Encanto y queda en la carretera hacia El Tocuyo. Es de los mismos propietarios de la posada, pero queda en plena carretera antes de llegar. Tiene una vista espectacular y sirven los mejores plátanos maduros horneados que te puedes imaginar.
NO OLVIDES:
Comprar artesanía de loza extraordinaria en el pueblo de Yay, en donde hay una iglesia bellísima. Asistir a la fiesta de los “Zaragozas de Sanare”, que se celebran los 28 de diciembre para agradecer a los Santos Inocentes los favores concedidos. Las máscaras y disfraces son unos de los más bellos que hay, en las fiestas tradicionales de Venezuela. Llévate un buen libro, como la biografía de Magallanes de Stefan Zweig, para que disfrutes completamente los momentos de tranquilidad y serenidad que sobran en Sanare.