martes, 20 de mayo de 2014

Santa María del Orinoco y la liberación de tortuguillos.

Tenía ya meses sin ir al estado Apure, cuando un muy buen amigo que vive en Calabozo me invitó a su pueblo natal, para observar la liberación de tortuguillos que se hace regularmente desde hace años, en una playa del río Orinoco.
Emocionado atendí a la invitación y nos dispusimos a ir con Alberto Blanco, editor de la revista Río Verde, a vivir una de las mejores experiencias que he tenido. Santa María del Orinoco es un caserío interesantísimo, en el estado Apure, a orillas del soberbio río que le da su nombre. Llegamos guiados por los muy amables miembros de la familia Delgado: Néstor y Berni, quienes acompañados por el muy llanero Vidal nos dirigieron por el camino entre Puerto Páez y nuestro destino.
El trayecto comenzó en un terraplén cerca de Puerto Páez, y siguió por esas trochas bellas e indescifrables de la sabana apureña, en medio de un paisaje espectacular. Nuestros guías nos comentaban que esas tierras fueron una vez parte del hato La Tigra, donde el papá de los Delgado trabajó durante más de cincuenta años como encargado del propietario, un embajador de apellido Herrera Velutini. A un lado del camino descansaban varias colinas de rocas impresionantes, que parecían formar parte del macizo guayanés. Más allá las galeras del Cinaruco se veían imponentes cortando la sabana, y al fondo observábamos la serranía del Parguaza, del otro lado del Orinoco. Vidal nos contó que en una de esas rocas enormes había una cueva con pinturas rupestres de animalitos. También nos refirió que en el tope de otra de esas enormes rocas se veían luces de noche, probablemente porque había un tesoro enterrado allí hace muchos años.
Aproximándonos a nuestro destino se acabó la sabana, para dar paso a una espesa vegetación que anunciaba la cercanía al río Orinoco. Después de escuchar los mejores cuentos llaneros que salían de la boca de Vidal, y de cenar comida típica de la zona, dormimos arrullados por el río, mientras aparecía una luna enorme que salía de las serranías cercanas a Los Pijiguaos.
Temprano en la mañana fuimos a ver lo que esperábamos tanto. Caminando entre nostálgicas tumbas de los parientes a orillas del río, árboles gigantes poblados de araguatos y escuelas que vivieron tiempos mejores, llegamos al refugio de fauna silvestre de la tortuga Arrau. Había un complejo con unas especies de cabañas muy bien dispuestas, que tenían en el patio trasero varios tanques australianos llenos de agua y tortuguillos. Desde hace muchas décadas el Ministerio del Ambiente asegura aquí la conservación de la tortuga Arrau, y ha liberado miles de estos bellos animalitos en la zona.
Gracias a los amables funcionarios nos embarcamos en un bongo con decenas de niños de las escuelas cercanas, rumbo a un banco de arena en medio del Orinoco. Allí había un toldo y espacios cercados en la orilla con 20.000 tortuguillos a ser liberados, además de 140 de grandes tortugas que aseguran la reproducción.
El acto de liberación fue hermoso porque los niños fueron los encargados de tomar a los tortuguillos y liberarlos en la playa, para que nadaran hacia las aguas que serán sus hogares. La naturaleza sabia hace que estas tortugas vuelvan en su adultez a estas mismas playas algún día, cuando les toque desovar para reproducirse. Santa María del Orinoco me pareció un lugar mágico por la gentileza de sus pobladores, por el maravilloso paisaje y por ser el punto donde todos los años liberan miles de tortugas la río.
COMO LLEGAR: Tomas la vía San Fernando de Apure – Biruaca – San Juan de Payara – Puerto Páez, atravesando unos de los paisajes más bellos de Venezuela: Los ríos Arauca, Capanaparo y Cinaruco, además de médanos preciosos y sabanas infinitas.
DONDE ALOJARTE: Nosotros nos alojamos en la casa de la familia Delgado, y colgamos nuestras hamacas en el mejor hotel del mundo: Debajo de un árbol al borde del Orinoco.
DONDE COMER: Comimos rico en casa de nuestros anfitriones y en el módulo. Queso fresco llanero hecho en casa, carne en vara deliciosa, casabe y yuca.
NO OLVIDES: Llevarte un buen libro como Vivir para contarlo, del genial Gabriel García Márquez, para que entiendas porqué el realismo mágico se encuentra también en las riberas del Orinoco. Escucha Los Viajes de Montenegro todos los sábados a las 9:00am por la nueva Mágica 99.1 FM.

martes, 13 de mayo de 2014

Sanare, naturaleza y sonrisas en Lara

Sanare es un pueblo hermoso del estado Lara, situado a 62 kilómetros de Barquisimeto y fundado por el fraile dominico Melchor Ponce de León en el año 1.620. La agricultura de hortalizas, papas, café, lechosa, y el ocumo, han marcado la actividad económica de Sanare desde hace siglos, porque sus valles son fértiles y el agua abunda en las serranías. Como Sanare se encuentra a casi 1.400 metros sobre el nivel del mar, la temperatura del aire es de 18 grados lo cual hace que sea muy agradable caminar por las calles del poblado. Lo primero que hicimos al llegar fue visitar la Plaza Bolívar, sombreada, elegante y animada, para seguir a la Iglesia de Santa Ana, ubicada a un lado de la plaza. La iglesia es bella por fuera, como lo es también por dentro. Allí admiramos el retablo de la patrona Santa Ana, cuyos orígenes se dicen que son desde la fundación del pueblo. También hay unos cuadros coloniales extraordinarios, y además una reliquia de la Virgen de Coromoto.
Desde el centro del pueblo, nos fuimos a conocer un barrio típico llamado “El Cerrito”, acondicionado como una atracción turística típica del pueblo. Aquí encontramos unos restaurantes deliciosos, posadas, venta de artesanías de cerámica y hasta una oficina de turismo en una vieja casona colonial. Esta visita terminó en la “Casa de la Providencia”, especie de museo encantador de las tradiciones de Sanare. Una inevitable siesta nos esperaba en nuestra posada, que resultó ser un remanso de paz y romanticismo, como no nos hubiéramos imaginado. Se llama “El Encanto” y queda saliendo del pueblo, a unos diez minutos. Allí nos recibió su encantador propietario, Manuel Saavedra, quien viviendo en su posada se encarga de que cada huésped sea atendido en una forma fuera de lo común.
En esa linda posada tomé el tiempo para terminar la biografía de Magallanes, escrita por Stefan Zweig. Con emoción en el alma salimos hacia el Parque Nacional Yacambú, que es un remanso de serenidad y naturaleza virgen. La entrada al parque está a solo minutos del pueblo de Sanare, y desde la posada se nos hacía más fácil llegarle. Seguimos hacia un lugar dentro del parque llamado El Blaquillo, donde conseguimos una laguna repleta de aves, lugares para hacer parrillas, balnearios, quebradas y hasta una especie de campamento de hospedaje, que se utiliza por temporadas. Si uno continúa por esa vía llega hasta el sitio de la represa de Yacambú. Manuel Saavedra, actuando de guía excepcional, nos llevó luego a la “Hundición de Yay”, que se encuentra saliendo del pueblo de Sanare en sentido contrario. Compramos unas piezas de artesanía espectaculares en el pueblo de Yay, lejos de la hundición, y Manuel nos propuso conocer “La Fumarola” o “volcán” de Sanare, que es una columna de vapores escapando de uno de los cerros cercanos al pueblo.
Anímate y visita Sanare, es un refugio para el alma y para el cuerpo, así te sentirás más feliz de vivir en este pedacito de tierra tan bello que llamamos Venezuela. COMO LLEGAR: Tomas la vía Barquisimeto – El Tocuyo y al pasar Quíbor, en la estación de servicio El Trébol, cruzas hacia la izquierda, buscando las montañas. El paisaje que es precioso. Sanare queda a sólo 62 kilómetros de Barquisimeto. DONDE ALOJARTE:
La posada El Encanto es sensacional. La atención personalizada de su propietario, Manuel Saavedra, es un lujo que bien vale el viaje. Además, la colina donde está situada te ofrece una vista preciosa sobre los valles. Teléfono: (0414)353.65.85, www.posadaelencanto.com. DONDE COMER: En las afueras de Sanare hay un restaurante donde se come comida criolla mejor que en cualquier lado. Se llama El Encanto y queda en la carretera hacia El Tocuyo. Allí sirven los mejores plátanos maduros horneados que te puedes imaginar. NO OLVIDES: Comprar artesanía de loza en el pueblo de Yay, en donde hay una iglesia bellísima. Asiste a la fiesta de los “Zaragozas de Sanare”, que se celebra los 28 de diciembre para agradecer a los Santos Inocentes los favores concedidos. Llévate un buen libro, como la biografía de Magallanes de Stefan Zweig, para que disfrutes completamente los momentos de tranquilidad y serenidad que sobran en Sanare. Escucha Los Viajes de Montenegro todos los sábados a las 9:00am por la nueva Mágica 99.1 FM.

lunes, 12 de mayo de 2014

Puerto Ayacucho es selva y aventuras en el Orinoco.

Mi último viaje a Puerto Ayacucho fue muy especial, porque me reencontré con el soberbio Orinoco y sus selvas, de la manera más aventurera posible. Salimos por tierra desde Caracas al amanecer y llegamos a Puerto Ayacucho en la tarde. Como no queríamos perder tiempo nos fuimos directo, antes de tocar nuestra posada, al tobogán de la selva. Nos deslizamos felices por la enorme laja de piedra, mientras el chorro de agua nos empujaba hacia una especie de piscina natural. Desde el Tobogán de la Selva en el camino de regreso a la capital, paramos a tomar unas fotos en el Monumento Cerro Pintado, donde se encuentran los petroglifos más grandes de Venezuela hasta ahora encontrados. Pasamos por la Piedra de La Tortuga, llegamos a la ciudad y paramos en el Mercado de Los Indios, donde venden cientos de artículos interesantísimos provenientes de las culturas autóctonas de la zona. Entramos a la Catedral justo al lado, enfrente a la Plaza Bolívar, para observar una bella muestra de la arquitectura misionera de nuestro país.
Ya exhaustos por el largo viaje buscamos nuestra posada Manapiare, que nos resultó encantadora. El dueño es José, un español casado con una bella representante de las etnias locales, quien se vino desde el País Vasco a San Juan de Manapiare a los 21 años, y ya no quiso regresar. Apodado “El indio blanco” por las publicaciones de su país, José es un hombre que respira aventura y amistad; es todo un personaje de Amazonas. Al día siguiente estábamos a las 9 de la mañana en el Museo Etnológico de Amazonas, Monseñor Enzo Ceccarelli, que es un tesoro con los objetos de las etnias más importantes del estado. Allí nos encontramos con Alejandro Buzzo, un joven aventurero que prácticamente nació remando. Alejandro junto con su encantadora Fabiana, maneja una operación única en Venezuela que consiste en sortear remando los rápidos de Atures, muy cerca de Puerto Ayacucho.
Nos fuimos con Alejandro a navegar por el río Orinoco hasta una isla en el medio del río, que él bautizó Tortuga. Yo me sentía protagonista en una película de náufragos o de Robinson Crusoe, al contemplar maravillado el paisaje y la manera tan sencilla y cómoda como Alejandro y Fabiana habían instalado su campamento. Allí hay una churuata enorme, techos para guarecer hamacas, una cocina sobre una piedra, mesitas, planta eléctrica, laptop, internet, una perra jugetona y por supuesto muchos botes, canoas, curiaras y kayaks, con todos sus implementos.
Salimos unos en bote a motor a saltar por las aguas bravas del Orinoco, a escuchar las interesantes explicaciones sobre los petroglifos que Alejandro aprendió de un chamán centenario, a ver toninas y a disfrutar uno de los paisajes más bellos de la tierra. La cena deliciosa y la amabilidad de los jóvenes aventureros hicieron que la velada se prolongara hasta la medianoche, entre el encanto de la isla y el sonido del río.
Vale la pena mil veces venir con la familia a este paraíso escondido de nuestra naturaleza, donde viven Alejandro y Fabiana hasta finales de abril, cuando agarran sus maletas para mudarse a su campamento del río Acequias en Barinas, a seguir enseñado a todos los visitantes a dominar las aguas bravas de Venezuela. COMO LLEGAR:
Conviasa, teléfono: 0500-266.842.72, www.conviasa.aero, vuela a Puerto Ayacucho desde Maiquetía todos los días menos los sábados. Por tierra son 715 kilómetros desde Caracas, que toman unas nueve horas. Hay que tomar una chalana que cruza el río Orinoco y el paisaje es precioso. DONDE ALOJARSE: En la isla Tortuga acamparás con todas las comodidades que se pueden conseguir en un campamento de aventura. Una buena opción en Puerto Ayacucho es la posada Manapiare, teléfono: (0248) 414.94.07, donde dormirás como un rey. DONDE COMER
En el campamento se come rico, no tienes que salir de allí para nada. Pescado fresco del río y comida casera preparada con mucho cariño por Fabiana. DONDE RESERVAR: Navega en la página Web: www.raftingorinoco.com, donde encontrarás toda la información de precios y pagos. DONDE COMPRAR:
En el Mercado de los Indios de Puerto Ayacucho, único en Venezuela. NO OLVIDES: Visitar el Museo etnológico de Amazonas Monseñor Enzo Ceccarelli, http://verdin.com.mx/webmuseo/mam/mam0000e.html. Los Viajes de Montenegro se transmiten los sábados a las 9:00am por la nueva Mágica 99.1fm.

sábado, 3 de mayo de 2014

BIRONGO: Cacao y tambores en Miranda

Algunas personas suelen pasar por Barlovento sin ni siquiera conocer a Birongo, que es un pueblo muy interesante adentrado en las montañas mágicas de esa tierra caliente. Si supieran todas las maravillas y riquezas que uno descubre cuando se adentra en ésta zona, quedarían sorprendidos. No sólo por la calidez de su gente, sino porque es un lugar privilegiado para la siembra y cosecha de cacao, tradicionalmente producto de orgullo para la exportación venezolana. Birongo comenzó como lugar de refugio para los negros libertos, que eran esclavos que se escapaban de las haciendas cacaoteras de sus amos. Hoy en día hay seis sectores distintos: Vista Hermosa, Pueblo Nuevo, Guayabal; Marasmita, Salgado, y Birongo Central, regiones todas con historias y leyendas de importante significado, labradas por sus pobladores con trabajo, sudor y misticismo desde la colonia.
En mi último recorrido conocimos una de las fincas de cacao, donde Guillermo Peña, agricultor artesano, nos recibió con una acogedora explicación de cada uno de los pasos necesarios para la cosecha y preparación de la nuez del fruto. Explicó que la mejor época del año para cosechar es durante el mes de agosto, en donde son recogidas aproximadamente cien mazorcas de cacao por árbol, cada seis meses. Además el agricultor tuvo el gesto de picarnos un cojín floral para deleitarnos con el exquisito e inigualable sabor del cacao venezolano.
Para conocer como el cacao se convierte en chocolate, la siguiente parada fue la chocolatera “Flor de Birongo”, localizada a la entrada del pueblo, a unos 20 Km de Higuerote. Allí conocimos a varios de los artesanos, quienes con pasión se dedican a la elaboración y comercialización del chocolate de primera calidad. Ellos nos explicaron que el cacao para por nueve procesos diferentes para su comercialización, cada uno más interesante que el otro. En la Flor de Birongo ofrecen chocolates en diferentes presentaciones: Tabletas
Producido con cacao Carenero Superior, aromático de fina textura, y sabor delicado produciendo plena satisfacción en su paladar. Tableta Biron-Choc Negro Chocolate negro, de fuerte sabor, cremoso que contiene 55,5% de cacao Carenero Superior, uno de los más fuertes de la región. Biron-Bon Para salirse de lo tradicional, esta chocolatera crea una nueva presentación, en forma de bombones, rellenos artesanalmente y presentados en una caja de lujo.
Luego de degustar esos manjares que tanto gustaban a los reyes aztecas, nos dirigimos hacia el sector Pueblo Nuevo, para almorzar un delicioso sancocho a la orilla del río, donde tomamos el tradicional baño floral y conocimos la cultura ancestral del tambor de agua.
Para finalizar el recorrido no podíamos irnos sin escuchar y bailar al ritmo de los tambores característicos de Barlovento, Los cueros del Culo e´Puya, Mina y Quitiplás de la agrupación Estrellas de Birongo, sonaron con animo en el Bodegón de las Doras. No dejes de visitar Birongo apenas tengas una oportunidad, estoy seguro de que regresarás queriendo más a nuestra bella Venezuela. COMO LLEGAR: Birongo queda a 20 kilómetros de Higuerote, en Barlovento, estado Miranda. Tomas la vía hacia Curiepe, y sigues unos diez minutos selva adentro. El paisaje es precioso. DONDE ALOJARSE: En el propio Birongo no hay facilidades de alojamiento, así que te recomiendo reservar en una posada de la zona, para que pases el día paseando por esos ríos y paisajes tan verdes, y luego reposes en un lugar cómodo. Si te gusta la playa, Las Casas del Gobernador, en Chirimena, a una media hora de Birongo, te encantará. Teléfono: (0414) 250.87.70, www.chirimena.com.
Si lo tuyo es un hotel, entonces el Aguasal al lado del aeropuerto de Higuerote es de las mejores opciones en la zona. Teléfono: (0234) 323.17.11 , www.fiestaguasal.com. También está el hotel Aguamarina, que es muy cómodo y con una piscina preciosa. Teléfono: (0234) 323.23.31 DONDE COMER: En Birongo hacen dulces criollos todos buenos como rosquitas de cambur, arroz con leche, besitos y conservas de coco, dulce de lechosa y buñuelos de yuca. NO OLVIDES: Visitar la cueva Alfredo Jahn, la sexta más larga de Venezuela, que tiene seis entradas con un río que las atraviesa formando quebradas, cascadas y pozos espectaculares. Antes de pasar el puente a Birongo, tomas a la izquierda y llegas a un caserío, donde los pobladores te pueden guiar a este bello Monumento Natural. Los Viajes de Montenegro se transmiten los sábados a las 9:00am por la nueva Mágica 99.1 FM

Dijon: Borgoña histórica y serena

Pasear una tarde fresca de primavera por las calles peatonales del centro de Dijon, es como recorrer las páginas de un libro viejo lleno de historias ancestrales, pero vibrantes por una juventud y vigor inexplicable. Estudiantes, ejecutivos y gente mayor se confunden en una algarabía de animación, comercio y diversión que se encuentra en esta bella capital de la región francesa de Borgoña.
Mi curiosidad por Dijon nació cuando probé la mostaza de Dijon, famosa en el mundo entero por su sabor tan fuerte, picante y delicioso. Recuerdo que cuando unté un pedazo de carne con esta mostaza, no pude respirar por varios segundos y los ojos me lloraban sin control. Los franceses utilizan este condimento hasta para comer papitas fritas, y lo sirven en todas las mesas de los restaurantes populares alrededor del país. Lo cierto es que Dijon es más conocida hoy en todo el mundo por producir esta especia tan deliciosa, que por haber sido una de las ciudades más importantes de Europa y capital de la Borgoña.
Llegamos a Dijon en carro, después de un bello recorrido desde Lyon y la zona vinícola de Beaune, Nuits-Saint-Georges, Gevrey-Chambertin, Vosne-Romanee, Beaujolais y otros terrenos, donde se producen los famosos vinos de Borgoña. Tenía mucho tiempo sin ir y entrarle al centro de la ciudad no fue fácil, porque ahora casi todas las calles del casco histórico son peatonales y además unos trabajos públicos desviaban la circulación. Una vez encontramos nuestro hotel, nos dispusimos a caminar por el centro de la ciudad. Comenzamos por la plaza Darcy, donde comienza el recorrido por las calles peatonales de la ciudad. Muy cerca hay un arco de triunfo llamado Porte Guillaume, porque era una de las puertas de la ciudad medieval. Allí vimos una placa en honor del prócer americano Thomas Jefferson. Enfrente al arco entramos a un restaurante informal tipo brasserie llamado “L’Imprimerie”, que nos encantó por el ambiente, la comida y el servicio. Es un simpático lugar donde funcionaba una vieja imprenta, y ahora está siempre lleno de gente joven y de libros.
Seguimos nuestro recorrido por la “rue de la Liberté” y encontramos la casa comercial “Maille”, que desde el año 1747 fabrica una de las mostazas más famosas de Dijon. Nos detuvimos un rato a comprar y continuamos por unas callecitas medievales preciosas hacia el Palacio Ducal de Dijon, que hoy en día es un gran museo donde encontramos obras de arte magníficas y las bellísimas tumbas de los duques de Borgoña, que son unas piezas únicas. En este palacio nacieron Juan Sin Miedo, Felipe El Bueno y Carlos El Temerario, famosos nobles que gobernaron la región y marcaron a la historia de Francia para siempre. Al salir nos tomamos un café en una plaza de la Liberación, una enorme explanada semicircular enfrente al palacio ducal repleta de terrazas al aire libre y gente alegre. De allí fuimos a la catedral de Notre Dame, que representa una excepcional muestra de arquitectura gótica religiosa.
CÓMO LLEGAR: Primero hay que tomar un vuelo Caracas – París, que ofrece diario y sin escalas Air France, www.airfrance.com, y Dijon queda a 320 kilómetros al sur este de París. Uno puede hacer el trayecto Paris - Dijon en tren TGV, desde la Gare de Lyon de la capital francesa, o alquilar un carro como hice yo, para tomar la autopista A1 hacia Lyon y desviarse en la salida de Dijon. El paisaje es bellísimo.
DONDE ALOJARSE: Hoy les recomiendo un hotel fabuloso, el Sofitel La Cloche, que es todo un lujo muy bien ubicado a metros de las calles peatonales del centro de Dijon. 14, Place Darcy, Dijon, Francia. Teléfono: 03.80.30.12.32, www.hotel-lacloche.com. DONDE COMER: Brasserie L’Imprimerie. Cocina tradicional francesa. Ambiente casual y alegre. 2 Place Darcy, Dijon, Francia. Teléfono: 03.80.30.69.43, www.brasserie-imprimerie-dijon.fr. DONDE COMPRAR: El mercado libre de Dijon queda en la rue Musette, que sale de la Catedral de Notre Dame. Allí vale la pena comprar de todo. Mostaza de la buena en la casa Maille, en el numero 32 de la rue de la Liberté. NO OLVIDES: Que estás en la capital de los buenos vinos de Borgoña y ciudad natal del ingeniero Gustav Eiffel, así que aprovecha esos buenos caldos en cada restaurante que vayas. Los Viajes de Montenegro se transmiten los sábados a las 9:00am por la nueva Mágica 99.1 FM.