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miércoles, 28 de agosto de 2013
Machu Picchu, un viaje a civilizaciones extraordinarias
Machu Picchu es una ciudad perdida en el medio de la selva peruana, en el departamento del Cusco, construida en la ladera de una montaña prácticamente inaccesible. Se cree que en el siglo XV de nuestra era, a casi 2.500 metros de altura, el inca Huiracocha mandó a edificar un complejo religioso cercano al río Picchu, que luego el monarca Pachacutéc disfrutó y le agregó un gran esplendor con su presencia. Terrazas para sembradíos, templos y construcciones civiles fueron pobladas por una élite incaica, que se calcula en 1.000 personas.
A la caída del imperio autóctono y al perder su solemnidad, la ciudad fue abandonada y luego olvidada por los conquistadores españoles, que vinieron a la región del Cusco buscando oro. Exploradores italianos, franceses, alemanes y peruanos visitaron las ruinas de Machu Picchu en varias oportunidades durante el siglo XIX, pero sólo en 1913 el norteamericano Hiram Bingham, profesor de la universidad de Yale, dio a conocer al mundo con gran pompa en un artículo para la revista National Geographic, la existencia de este santuario histórico.
Mi viaje a Machu Picchu comenzó con gran emoción de madrugada, cuando salí de mi hotel en Cusco, para montarme en un autobús y luego en un tren panorámico, hasta llegar al pueblo de Aguas Calientes. Al bajar del tren pasamos por un mercado artesanal muy interesante, y nos montamos en otro autobús para llegar a la ciudad sagrada. Un excelente guía llamado David dirigió nuestros pasos a través de las ruinas con devoción, conocimiento y maestría.
Machu Picchu tiene un área de 530 metros de largo por 200 de ancho, en el tope de una montaña, con 172 edificaciones esparcidas por las laderas. Hay una zona agrícola, con muchas terrazas de cultivo que se conservan impecables, y otra zona urbana donde vivía la gente. Muros de piedra, escalinatas, andenes, plazas, fosos y drenajes dividen las zonas en laberintos incomprensibles, que representan un alarde tecnológico y arquitectónico del imperio inca.
Este monumento que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1983 y Maravilla del Mundo en 2007, me dejó sin aliento cuando lo observé por primera vez desde lo alto de un mirador. Mis ojos no podían dejar de ver con asombro la imagen de estas reliquias, que tantas veces había observado en fotografías y tantos deseos de visitar me habían inspirado. Después de las explicaciones de rigor y preparar las tomas típicas con la familia con las ruinas en el fondo, nos dedicamos durante horas a recorrer cada uno de los rincones de este impresionante lugar; por donde bajaba el agua desde los manantiales, de donde sacaban las rocas, cómo accedían a las escarpadas laderas y otras preguntas maravillaban nuestras mentes.
Al final quedamos tan complacidos por haber venido a Machu Picchu, que sentimos el enorme placer de tachar en nuestra lista de destinos turísticos, otro lugar que debíamos conocer antes de morir. Ven a Machu Picchu apenas esta vida te lo permita, para que sientas ese mismo placer que sentí yo al regresar.
COMO LLEGAR:
Por avión hay que ir desde Caracas a Lima y luego a Cusco, donde uno debe dormir un día. A mí me fue muy bien en este viaje con la línea TACA, www.taca.com. Al día siguiente deben tomar el autobús del tour en Cusco, para llegar en una hora y veinte minutos a la estación de tren de Ollantaytambo. El tren panorámico tarda una hora y media desde Ollantaytambo hasta el pueblo de Aguas Calientes. Allí uno toma otro autobús, que lo sube hasta el santuario histórico en quince minutos.
DONDE ALOJARSE:
El único hotel en el santuario histórico de Machu Picchu es el Sactuary Lodge, www.sanctuarylodgehotel.com.pe, que es todo un lujo ecológico. Está manejado por la prestigiosa firma de turismo Orient Express, que también ofrece travesías de lujo en el tren hasta Aguas Calientes.
DONDE COMER:
Come en el hotel, no hay otras alternativas en el santuario. En Aguas Calientes si hay varios restaurantes, todos regulares.
NO OLVIDES:
Mayo y junio son los mejores meses para visitar Machu Picchu. No llueve casi y las nubes se retiran, abriendo la vista hasta las cumbres nevadas de los alrededores. Lleva protector solar, sombrero y paraguas por si llueve. Unos chocolates en la mochila te ayudarán a mitigar el hambre durante el recorrido de las ruinas.
Los Viajes de Montenegro radio se transmite los sábados a las 4:00pm por Pacífica 90.7fm.
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