sábado, 30 de abril de 2016

Roma, la ciudad eterna.....

Roma es de esas ciudades que dibujan en el alma de los visitantes una sensasión de alegría, que se queda marcada como un tatuaje indeleble para toda la vida. Es que Roma es encantadora y su gente tan especial, las calles abarrotadas de sonidos y colores, los edificios con una especie de abandono gracioso, sus fuentes espectaculares y los monumentos milenarios, que nos cuentan historias a través de las piedras, hacen de la capital de Italia una ciudad única y admirable.
La historia indica que Roma fue fundada por Tarquino a finales del siglo VII antes de Cristo, aunque la tradición es más dramática porque nos habla de la fundación de la ciudad por Rómulo y Remo, hermanos gemelos quienes fueron colocados por su madre en una cesta en el río Tiber, para que no murieran asesinados por su tío. Cuando la cesta hizo orilla, en el lugar exacto donde luego fundaron Roma, los crió una loba de nombre Luperca y luego los recogieron unos pastores. Rómulo mató a su hermano e instauró la monarquía entre sus habitantes, luego vino la República, pero después Roma fue sede del Imperio Romano y capital del mundo civilizado de la época. Por eso la ciudad guarda tantos tesoros históricos en sus entrañas, que no han sido todavía descubiertos en su totalidad. Con el tiempo vino la decadencia del imperio, a Roma la toman los godos, la recuperan desde el imperio Bizantino sin darle el esplendor de antes, llegan los lombardos, la edad media, el renacimiento y luego el período moderno, cuando la ciudad es convertida en el centro político de la República de Italia. En toda esta historia la religión jugó un papel preponderante, siendo Roma al principio la sede de los dioses paganos, y luego la sede de la Iglesia Cristiana.
Lo primero que debe hacer en Roma, después de dejar sus maletas en el hotel, es caminar por el centro de la ciudad, visitar la “Fontana di Trevi”, comerse un helado en un café de la “Piazza Navona”, tomarse una foto en el monumento a Vittorio Emanuele II, caminar por el Coliseo y las ruinas del Foro Romano, pasear por la “Vía Condotti” donde encontrará las tiendas más exclusivas de la ciudad, y subir las escalinatas de la iglesia de la “Trinitá dil Monti”, a partir de la “Piazza di Spagna”. Después de descansar un poco, pasee por el Coliseo y visite el Vaticano y la Plaza San Pedro. El obelisco que está en el medio de la plaza tiene una historia interesantísima: El sanguinario Calígula trajo ese obelisco de Egipto, en el 37 d.C., y lo colocó en el centro del “Circo de Nerón”, arena donde se daban espectáculos como los del Coliseo y se martirizaban cristianos. ¡Ese circo estaba en el lugar donde hoy se erige la Basílica de San Pedro! El obelisco fue movido solo a unos metros de donde lo colocó Calígula. Este es el único obelisco de Roma que nunca se ha caído. Probablemente fue testigo de la muerte de San Pedro, y sin duda alguna de su entierro.
Luego entre en la Basílica de San Pedro para admirar la estatua de “La Piedad”, de Miguel Ángel. Camine hacia el altar mayor que es espectacular y visite la cripta donde están los restos de San Pedro y todos los Papas del mundo moderno como Juan XXIII, Pablo VI y Juan Pablo II. La construcción de la catedral sobre la tumba de San Pedro, crucificado en Roma en el 60 d.C., comenzó en el 315 d.C. cuando el emperador Constantino puso fin a la persecución de los cristianos. Pero la Basílica tal como la vemos ahora la empezó a construir Bramante en el 1506. Los más famosos artistas del Renacimiento dirigieron la obra, entre ellos Rafael y Miguel Ángel, quién no solo nos dejó la bellísima Piedad, dentro de la iglesia, sino fue también el autor de la magnífica cúpula. La Basílica. Al salir de San Pedro camine a un costado del la plaza, para llegar a los “Museos Vaticanos”, donde se encuentran los tesoros de la Iglesia y podrá contemplar las paredes y el techo de la Capilla Sixtina, donde Miguel Ángel pintó sus obras maestras “El Génesis” y el “Juicio Final”. En esta capilla se reúnen los cardenales para elegir a un nuevo Papa, cada vez que el anterior muere. Roma es una ciudad exquisita y entretenida. Por eso no debe dejar de visitarla, apenas esta vida tan bella le de una oportunidad. Regresará feliz y contento, por haberse empapado de nuestros más agradables orígenes latinos.
Para alojarse le recomiendo el Hotel Condotti, donde me quedé la última vez. Está muy bien ubicado en la via Mario de Fiore, a pasos de la Piazza di Spagna y la via Condotti. Es un hotel ideal para caminar por toda Roma. Las habitaciones son pequeñas y no es barato, pero la ubicación vale mil veces lo que cuesta. Via Mario de Fiore, No 37, 00187 Roma. Teléfono: (06)679.47.69,www.condottigrouphotels.com.
Para comer le recomiendo el Ristorante 34. Aquí reina la informalidad y la alegría. Siempre lleno de turistas que visitan la Piazza Spagna y lugareños que trabajan en los alrededores, este restaurante ofrece un menú muy completo a 20 euros, que contiene entrada, pasta, vino, postre y café. Via Mario de Fiori, 34, 00187 Roma, Italia. Teléfono: (06) 679.50.91 www.al34.it. Cierra los lunes.
Otra buena opción es el Ristorante Degli Amici, que como su nombre lo indica, es el lugar ideal para encontrarse con amigos en Roma. Los “Antipasti dal carelo: Scelta a piacere” son lo mejor, para servirse su antipasto al gusto. El “Minestre al brodo” es una sopa suculenta y la “Saltimbocca a la romana”, es para chuparse los dedos. El restaurante ofrece un menú de pizza y ensaladas por 14 euros, y un menú del día por 19 euros, lo cual resulta muy conveniente para comer bien en la capital italiana. Via della Croce, 33B, 00187, Roma, Italia. Teléfono: (06) 679.53.80
No olvide comprar sus tickets “on line” para entrar en los Museos vaticanos y la Capilla Sixtina sin hacer cola, en la página http://mv.vatican.va. Cierra los domingos, excepto el último de cada mes.
Tome un tour en autobús de dos pisos, en la parada del Coliseo romano. El paseo dura dos horas aproximadamente, en las cuales tendrá un panorama clarito de Roma. Visite la iglesia de San Giovanni in Laterano, que fue la residencia de los Papas durante mil años, antes que construyeran la basílica de San Pedro.
alvaromont@gmail.com

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