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martes, 20 de septiembre de 2016
Páramo merideño....Ternura entre la neblina y el frío......
Al subir al páramo merideño uno comienza a respirar ese aire puro y frío que alimenta las ilusiones más bellas, y que convierte a estos parajes en el lugar perfecto para ser feliz con la familia o en pareja.
La sinuosa carretera hacia la sierra de Santo Domingo ofrece unas vistas hermosas. Hay que detenerse unos minutos en la represa para observar las aguas tranquilas y el valle sereno esperando a los viajeros. En esta carretera debe manejar con cuidado y muy despacio, para disfrutar los paisajes y para que sus pasajeros no se mareen.
Al pasar el pueblo de Santo Domingo uno observa sobre la carretera el viejo hotel Moruco, que fue construido en la época de Pérez Jiménez. Después está el hotel Trucha Azul, que parece un pueblito merideño por su construcción armoniosa de tejas y paredes blancas. A un lado de la carretera se encuentra la entrada al hotel Los Frailes, un edificio que parece abandonado y recuerda a un convento donde vivieron algunos monjes peregrinos imaginarios.
Después de luchar un buen rato con las telarañas de la neblina que invade estas montañas, se llega a la espectacular laguna de Mucubají, que es la más célebre del páramo. Deténgase aquí un rato que vale la pena mil veces observar la tranquila masa de agua oscura. La leyenda cuenta que si uno grita en las orillas del agua, un duende le jalará los pies y le llevará hasta el fondo de la laguna.
Al retomar el camino encontrará el pueblo de Apartaderos, donde se puede escuchar a un niño contar, con el acento adorable de los Andes, la triste historia de la loca Luz Caraballo. Un poco más adelante está la que yo considero mejor tienda de artesanías en Mérida: La Casa del Páramo. Pura artesanía autóctona andina. Cómprele aquí algo a su pareja; lo que ella quiera. Saldrá feliz de su aventura y le querrá aún más. En todo el frente, pruebe los pastelitos de trucha en “La Gochita”.
Uno pude bajar hacia San Rafael de Mucuchíes, y detenerse en la iglesia de piedra construida por Juan Félix Sánchez, que espera irresistible a toda alma sensible que pase por el páramo. Pero también puede subir hacia el pico del Águila, el lugar más alto de cualquier carretera en Venezuela con 4.100 metros sobre el nivel del mar. Tómese un chocolate caliente en el refugio que allí encontrará.
En esa vía se encuentra el desvío hacia el observatorio astronómico “Llano de Hato” y hacia el parque “Mistafí”, lugar de crianza del cóndor de los andes.
Definitivamente el páramo merideño es un lugar ideal para alegrar los sentidos y el alma, porque allí usted disfrutará de lo mejor de los parajes montañosos de Venezuela, de un clima perfecto para el afecto y la ternura, y de unos pobladores siempre respetuosos y agradables.
COMO LLEGAR:
La carretera hacia el páramo comienza en Barinitas, en pleno piedemonte andino. Al llegar al estado Mérida encuentra la represa y el pueblo de Santo Domingo, luego Apartaderos donde puede tomar a la derecha hacia el pico El Águila, o a la izquierda hacia Mucuchíes.
DONDE ALOJARSE:
Una de las mejores opciones de alojamiento en los páramos merideños es la Estancia La Cañada. La posada se compone de varias construcciones en piedra y madera, con techos de tejas, rodeadas de extensos prados con grama muy verde, que limitan con una quebrada por donde corre un riachuelo de agua helada. Desde la puerta de la casa principal, se pueden ver a lo lejos las cumbres nevadas de los Andes, en cualquier mañana clara. Hacia arriba del valle, detrás de la casa principal, se encuentran las habitaciones y unas cabañas preciosas, que resultan ideales para pasar unos días felices.
Carretera trasandina, entre Mucuchíes y Escaguey, a 35 minutos de la ciudad de Mérida. Teléfono para reservas: (0212) 963.79.51, Facebook: Escaguey Estancia La Cañada.
DONDE COMER:
En la posada comerá rico, es muy recomendable. Los fines de semana abren el restaurante de La Casa del Páramo donde preparan una pizca andina sensacional, y se come la trucha más fresca que uno pueda imaginar.
DONDE COMPRAR:
En la Casa del Páramo (0416) 874.94.17 conseguirá una muestra extensa de artesanía merideña: Figuras talladas en madera hechas en Tabay, cerámicas de Los Guáimaros, objetos diversos y hasta libros con leyendas locales.
NO OLVIDE:
Manejar muy despacio por esas carreteras, y preferiblemente de día porque de noche hay mucha neblina. Subir al monumento a la Loca Luz Caraballo, y dejarse contar su triste historia por un niño adorable con cachetes rosados. Llevarse un buen libro como la biografía de María Antonieta, escrita por Stephan Zweig, para reflexionar durante esas tardes tranquilas del páramo.
alvaromont@gmail.com
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