sábado, 18 de mayo de 2013

La Tortuga: Paraiso encantado

La isla de la Tortuga es la segunda isla más grande de Venezuela, y resulta que está prácticamente deshabitada por seres humanos. Eso significa que todavía se puede apreciar la naturaleza virgen, sin que se noten las cicatrices que nuestras huellas dejan por donde pasamos. La fauna marina es abundante y El color de la arena es blanquísimo en toda la isla, y el agua es casi transparente, por eso La Tortuga es uno de los tesoros mejores guardados de nuestra geografía. A La Tortuga no es fácil llegarle; uno tarda tres horas aproximadamente en peñero desde Carenero, Puerto La Cruz, o desde Margarita. Claro, en lanchas más rápidas el tiempo es menor. Otra forma de llegarle a la isla es en avioneta, que tardan unos 50 minutos desde el aeropuerto de Caracas en Charallave, pero sólo las pequeñas pueden aterrizar porque la pista es muy corta y de arena. Nosotros tomamos un bote en Carenero para emprender nuestra aventura soñada. El día precioso y el mar tranquilo nos ayudaron a entusiasmarnos más con la travesía. Al final de nuestro trayecto llegamos a Cayo Herradura, que es un islote precioso al norte de la isla. Este lugar es ideal para ponerse una máscara y sumergirse durante horas en las tibias aguas, para regalarse la vista con la cantidad de peces que allí se encuentran. Pasamos al lado de “Los Tortugillos”, que son dos formaciones pequeñas muy cerca de la costa y nadamos cerca de unos arrecifes llamados “Los Palanquines”. Rodeando la parte norte de la costa llegamos a “Punta Delgada”, que es el lugar donde uno encuentra ciertos vestigios de civilización humana: la única posada de la isla, una ranchería de pescadores ocasionales y el puesto de la marina. A un lado está la pista de aterrizaje y una bahía protegida, ideal para anclar los veleros que vienen de todos lados del mundo. Nos adentramos caminando un par de horas desde la cabecera de la pista hacia el interior de la isla, buscando unos pozos de agua y conociendo este lugar tan desolado e interesante. Los pescadores margariteños que encontramos en el camino, nos contaron que con suerte encontraríamos algunos chivos realengos en el trayecto. Al final resultó que los pozos estaban secos y que no vimos ningún chivo, pero disfrutamos tanto nuestra excursión, que no consideramos haber perdido el tiempo. Salimos de nuevo a Punta Delgada por un médano hermoso que termina en la costa oeste, y pudimos observar las huellas recientes de una tortuga depositando sus huevos en la arena. Luego tomamos nuestro bote para conocer la zona de Carenero al sur de la isla, que es una ensenada con salinas rodeadas de manglares. Aquí los holandeses establecieron explotaciones de sal durante muchos años, y el lugar también es precioso. Definitivamente La Tortuga es una de las islas más bellas e increíbles del mundo, solo falta que te animes y vengas a conocer esta maravilla que la naturaleza quiso estuviera en Venezuela. Eso sí, aprende a viajar sin dejar huellas y trae de vuelta a tierra firme, todo lo que llevaste y utilizaste. DEBES LLEVAR A LA TORTUGA: ● Ropa muy fresca, que te cubra del sol. ● Varios trajes de baño. ● Protector solar en abundancia. ● Sombrero. ● Lentes de sol. ● Linterna. ● Máscara de bucear. ● Zapatos o sandalias de agua.

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