domingo, 13 de julio de 2014

Páramo merideño: Romanticismo y serenidad

Al subir al páramo merideño uno comienza a respirar este aire puro y frío que alimenta las ilusiones tranquilas, y que convierte a estos parajes en el lugar perfecto para ser feliz con la familia o en pareja. La sinuosa carretera hacia la sierra de Santo Domingo ofrece unas vistas hermosas y hay que detenerse en la represa para observar las aguas tranquilas y el valle sereno esperando a los viajeros. En esta carretera debe manejar con cuidado y muy despacio, para que sus pasajeros no mareen. Al pasar el pueblo de Santo Domingo uno observa sobre la carretera el viejo hotel Moruco, que fue construido en la época de Pérez Jiménez. Después está el hotel Trucha Azul, que parece un pueblito merideño por su construcción armoniosa de tejas y paredes blancas. A un lado de la carretera encontramos la entrada al hotel Los Frailes, que recuerda a un convento donde monjes peregrinos imaginarios, le esperan para cuidarle con esmero.
Después de luchar un buen rato con las telarañas de la neblina que invade estas montañas, se llega a la espectacular laguna de Mucubají, que es la más célebre del páramo. Deténgase aquí un rato que vale la pena mil veces. Luego encontrará el pueblo de Apartaderos, donde uno puede escuchar a un niño contar, con el acento adorable de los andes, la triste historia de la loca Luz Caraballo. Un poco más adelante en la mejor tienda de artesanías en Mérida: La Casa del Páramo. Cómprele aquí algo a su pareja; lo que ella quiera. En todo el frente, pruebe los pastelitos de trucha en “La Gochita”. Uno pude bajar hacia San Rafael de Mucuchíes, y detenerse en la iglesia de piedra construida por Juan Félix Sánchez, que espera irresistible a toda alma sensible que pase por el páramo. Pero también puede subir hacia el pico del Águila, ahora llamado el collazo del cóndor, el lugar más alto de cualquier carretera en Venezuela con 4.100 metros sobre el nivel del mar.
En esa vía se encuentra el desvío hacia el observatorio astronómico “Llano de Hato” y hacia el parque “Mistafí”, lugar de crianza del cóndor de los andes. COMO LLEGAR: La carretera hacia el páramo comienza en Barinitas, en pleno piedemonte andino. Al llegar al estado Mérida encuentras la represa y el pueblo de Santo Domingo, luego Apartaderos donde puedes tomar a la derecha hacia el pico El Águila, o a la izquierda hacia Mucuchíes. DONDE ALOJARSE:
El hotel Los Frailes, teléfono (0274)417.34.40, hotellosfrailes.blogspot.com, es precioso y muy romántico. Lamentablemente los reportes indican que ha decaído últimamente. El hotel Moruco, teléfono (0274)898.81.55 es un ícono de la nostalgia. Diseñado por el arquitecto Fruto Vivas, recuerda a los mejores hoteles de la Conahotu en la década de los sesenta. DONDE COMER: Los fines de semana abren el restaurante de La Casa del Páramo, donde preparan una pizca andina sensacional y se come la trucha más fresca que uno pueda imaginar. DONDE COMPRAR: En la Casa del Páramo conseguirás una muestra extensa de artesanía merideña: Figuras talladas en madera hechas en Tabay, cerámicas de Los Guáimaros, objetos diversos y hasta libros con leyendas locales.
NO OLVIDES: Manejar muy despacio por esas carreteras, y preferiblemente de día porque de noche hay mucha neblina. Subir al monumento a la Loca Luz Caraballo. Llevarte un buen libro como la biografía de María Antonieta, escrita por Stephan Zweig. Comprar artesanía merideña en La Casa del Páramo (0416) 874.94.17.

No hay comentarios:

Publicar un comentario