miércoles, 13 de abril de 2016

Canaima: Magia en la selva venezolana.

Una de las cosas que deberíamos hacer todos los venezolanos, por lo menos una vez en nuestras vidas, es visitar el Parque Nacional Canaima. Y aunque es cierto que un viaje a Canaima es caro, sobre todo por el pasaje aéreo, tratemos de ahorrar porque vale la pena mil veces conocer uno de los lugares únicos en el mundo, de los más antiguos de la tierra, donde está el Salto Ángel. De esa manera vamos a querer aún más a nuestro bello país.
Canaima es el segundo parque nacional más grande de Venezuela y uno de los seis más extensos del mundo. Tiene más de tres millones de hectáreas y fue creado por un decreto del 12 de junio de 1.962. Su importancia radica en que contiene parte de la formación geológica más antigua de la tierra: El Escudo Guayanés. Aquí crecen plantas y animales que no existen en ninguna otra parte del mundo, y los paisajes selváticos rodeados de tepuyes son únicos. Por eso es que ningún venezolano debe dejar de conocer este paraíso, que despierta mil emociones en todos los ojos que tienen la dicha de contemplarlo alguna vez. Canaima hoy en día está mejor que nunca; más limpia, con mejores posadas, mejores paseos, más organizados y con ese Salto Ángel imperturbable, que parece observarnos misterioso con una elegancia sobrenatural, producto de su edad milenaria. La aventura comienza en el pequeño terminal del aeropuerto, donde venden recuerdos, artesanía, repelente para mosquitos, mapas y todos los artículos que puede haber olvidado para su viaje, y probablemente necesitará.
Unos minutos después un camión rústico, pero muy cómodo, le llevará a su posada. Yo le recomiendo Waku Lodge, a solo minutos del aeropuerto de Canaima. Al llegar a Wakú se sentirá como si hubiera entrado en otro mundo, mucho más misterioso y fantástico que ese donde usted vive a diario.
Esta posada parece sacada de una película, de esas que protagonizaba Humprey Bogart y se rodaban en África. La atención del personal ilumina el lugar y la conversación con Mary García, su dueña, es siempre apasionante y amable. Los jardines están muy bien cuidados, las caminerías impecables, la decoración autóctona es fascinante. Usted caminará de una churuata donde queda la recepción, a otra más bella donde sirven los desayunos, y luego a otra sobre la laguna de Canaima, que se utiliza para descansar o leer.
Las habitaciones quedan a un lado del jardín, y son las más cómodas que puede conseguir en todo el Parque Nacional. Tienen una terraza para que admire el paisaje y al final del camino, justo al borde de la laguna de Canaima, encontrará una enorme churuata donde sirven las cenas y pasará unos ratos deliciosos. A un lado, la churuata tiene una especie de puente de madera que le lleva a un mirador sobre el agua, donde puede sentarte a disfrutar el paisaje conmovedor de la laguna, con los saltos Hacha, Golondrina y Ucaima al fondo, que le dejarán impresionado. Después de dejar su equipaje en la habitación y comer un poco, pida hacer una excursión por la laguna de Canaima, para visitar el Salto del Sapo. Muy bien organizado todo, navegará unos minutos y caminará otros, hasta pasar por detrás de una cascada impresionante agarrado a unas cuerdas. La emoción será máxima mientras camine por el corazón de la cascada y se mojará deliciosamente, aunque mucho menos que en temporada de lluvias, cuando la cascada tiene un caudal impresionante. Sin darse cuenta volverá al mágico mundo de la infancia, bañado de energía y felicidad. Se puede bañar en la laguna al finalizar la cascada, porque ahora es temporada seca.
Al día siguiente haga la excursión mayor; por la que vale la pena el viaje. Sólo se puede hacer en temporada de lluvias, porque es cuando el río lo permite. Eso es desde mayo hasta mediados de noviembre, así que preferiblemente reserve su viaje para esas fechas. Se levantará muy temprano en la mañana para tomar una curiara en el Puerto Ucaima, en el río Carrao arriba del salto Hacha, y de allí saldrá en su trayecto hacia el espectacular Salto Ángel. El recorrido es tranquilo y emocionante. Se bajará de la curiara en los rápidos y en una cascada divina, hasta que llegue a la isla Ratón, para caminar hacia el mirador del salto. La caminata no es tan fácil, porque hay muchas piedras y raíces que pasar, pero al llegar, victorioso por la hazaña, tocará con su aliento la cascada más alta del mundo. La llovizna que baja del salto le envolverá en una neblina sublime de emociones y alegría, que nunca podrá olvidar.
Canaima y el Salto Ángel son de los lugares más emocionantes de toda Venezuela, así que visítelos apenas puedas porque estoy seguro que recordará ese viaje toda la vida. Para llegar a Canaima le recomiendo la compañía de Julián Rodríguez, el esposo de Mary García, le lleva a Canaima desde Ciudad Guayana en unos cómodos aviones jetstream. Llame al (0414) 867.61.38 para más información. Otra opción es la gente del campamento Ucaima, que tienen unos aviones Cessna 206, ideales para estas selvas. Teléfono: (0414) 861.52.63. En cuanto al alojamiento Waku Lodge, www.wakulodge.com, teléfono: (0286) 962.05.59 es la mejor posada de Canaima y brinda un servicio correctísimo. Otra opción muy buena es el campamento Ucaima, la posada pionera de Canaima fundada por el aventurero Rudy Truffino al borde del río Carrao y ahora regentada por la encantadora Gaby, una de sus hijas. Este lugar es sensacional y vale la pena mil veces alojarse aquí. Teléfono: (0414) 861.52.63, www.junglerudy.com. Para comprar hay una tienda de artesanía enorme en Canaima, que ofrece buenas piezas autóctonas de la región. También vende todo tipo de artículos de uso personal, y resulta como el único supermercado del lugar.
No olvide llevar repelente para insectos, un impermeable porque ahora cuando comience la temporada llueve mucho, protector solar, un sombrero, linterna y ropa muy fresca. Unos zapatos de agua le ayudarán, porque seguro se moja visitando el Salto El Sapo o en las curiaras. No se olvide de su cámara de fotos. alvaromont@gmail.com

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