miércoles, 8 de marzo de 2017

Ciudad Bolívar...Misterio e historias a orillas del río Orinoco.

Ciudad Bolívar es una ciudad misteriosa y fascinante, porque vigila de una manera tranquila y conmovedora al soberbio Orinoco en su parte más angosta, y porque además recoge en sus viejas paredes muchos sueños perdidos de luchadores y aventureros, que poblaron en tiempos remotos sus riberas.
Tuve la grata oportunidad de visitar Ciudad Bolívar hace poco, y debo confesarles que quedé fascinado de nuevo con el casco histórico y con la arquitectura colonial de sus casonas. Yo no sé porque la UNESCO no lo ha declarado todavía patrimonio de la humanidad, como ya hizo con Coro y La Vela.
Además de nostálgica y sublime, Ciudad Bolívar me parece deliciosamente romántica. Nos alojamos en la posada Casa Grande, que es realmente espectacular. Esta es una vieja y hermosa casona colonial de dos pisos decorada con un gusto exquisito, que fue sede de la Cruz Roja en tiempos remotos. Como está ubicada en pleno casco histórico, no logramos reprimir el invencible deseo de caminar por los alrededores antes de desempacar. Fuimos hacia la Plaza Bolívar y entramos en la Casa del Congreso de Angostura, donde el 15 de Febrero de 1819 se reunió el primer congreso de Colombia, y Bolívar decretó en su famoso discurso la creación de la Gran Colombia. La casa esta muy bien mantenida y merece dedicarle un tiempo para recorrer sus ignorados salones.
Luego cruzamos la plaza y fuimos a la Catedral, que está ubicada en un sitio imponente. El muro donde fusilaron a Piar a un costado me conmovió, el puente de la calle Igualdad me trasladó a mundos y tiempos lejanos. Nos tomó por sorpresa uno de los atardeceres con el río Orinoco como telón de fondo, de esos que son inolvidable. Bajamos hacia el Paseo del Orinoco y apreciamos sus casonas balconadas y celosías de madera, que recordaban historias de fantasmas amables, esperando las tinieblas de la noche para contar sus interesantes episodios acontecidos en el río.
Al día siguiente recorrimos la bella Casa Prisión de Piar a un lado de la Plaza Bolívar, la Casa de Antonio Lauro, no muy lejos, y el Centro de las Artes, que originalmente fue concebido como un cuartel y luego fue una prefectura, para llegar a un mucho mejor destino en la actualidad.
Me sorprendió observar a incontables jóvenes llevando instrumentos musicales en sus hombros, mientras caminaban despreocupados por el casco histórico; iban o venían de recibir clases en alguna de las aulas cercanas y exaltado por esa ilusión, me convencí de que Ciudad Bolívar es una gran ciudad musical sin el menor alarde.
Luego de una inevitable siesta y de hojear pocas páginas de “Bonjour Tristesse” de Francoise Sagan, nos dispusimos a bajar un par de cuadras hacia el río Orinoco otra vez. Es que el Paseo Orinoco tiene un carácter firme y delicioso. Parece el altar de un culto misterioso al soberbio río que lo ha mojado con sus leyendas, a través de los siglos. Aquí ya no se ve la arquitectura colonial española del casco histórico, más bien una mezcla divina de construcciones franco-caribeñas con edificios de dos pisos cuyo balcón superior, escondido tras celosías de madera, se convierte en un corredor sombreado para los caminantes de las aceras del paseo. La arena del río y las escalinatas de Puerto Blohm, donde se toman los bongos para cruzar a Soledad, lo alejarán de la vida real para llevarlo a un inverosímil torbellino de sensaciones y pensamientos desconocidos. Vimos allí a un hombre bajando apurado para tomar un bongo con su herramienta de arreglar zapatos, y una serpiente enrollada en su brazo. También había un montón de niños vestidos de domingo, como preparados a visitar a quien sabe cuál pariente. Más allá una algarabía de gente comprando pescado y tomando bongos para cruzar el río, con el invencible fastidio que la cotidianidad otorga a las cosas más interesantes después de un tiempo. En Semana Santa hacen allí una representación de la pasión de Cristo, con sus personajes disfrazados y tres grandes cruces encajadas en la arena.
En fin, agotados por la dicha nos fuimos a cenar al restaurante Tony, que nos devolvió a la vida real para degustar un churrasco de Lau-Lau sensacional. De allí salimos indefensos por los deliciosos caminos del romanticismo, hasta las más intrincadas telarañas de la ternura; fue una noche espléndida bajo una luna, que no podremos olvidar jamás.
Véngase a Ciudad Bolívar con su pareja y disfrute usted también de los misterios del río Orinoco como si estuviera en otro mundo o retrocediendo en el tiempo, estoy seguro que le encantará y recordará este viaje siempre. COMO LLEGAR: Ciudad Bolívar queda a 600 kilómetros de Caracas, así que le recomiendo salir bien temprano de casa y tomar la carretera de oriente hacia Barcelona, para desviarse en el distribuidor vía Anaco, Cantaura y El Tigre. El cruce por el puente sobre el Orinoco es espectacular, no se lo pierda.
DONDE ALOJARSE: La posada Casa Grande es súper-romántica, y está muy bien ubicada en el casco histórico de la ciudad, por lo que podrá visitarlo caminando. Se la recomiendo ampliamente. Posada Casa Grande Calle Boyacá #08, Casco Histórico, Ciudad Bolívar, estado Bolívar. Teléfono para reservas: (0212) 977.12.34, www.hotel-casagrande-ciudadbolivar.com.ve.
Otra opción es el hotel La Cumbre, que posee un bar con vista a los mejores atardeceres de la ciudad. Piscina, restaurantes y cómodas habitaciones harán de su estadía una delicia. Hotel La Cumbre Av. 5 de Julio, Ciudad Bolívar, estado Bolívar Teléfono: (0285) 632.77.09. DONDE COMER: El restaurante Tony nos encantó, por el ambiente alegre, el servicio rápido y la calidad de la comida. Las mejores pizzas al horno de leña de la ciudad y el Lau-Lau, que es el pescado típico de la zona, mejor preparado que me he comido, lo conseguí aquí. Restaurante Tony Avenida Táchira, edificio Emilio, Ciudad Bolívar, estado Bolívar Teléfono: (0285) 632.26.76.
DONDE COMPRAR: En el Paseo Orinoco se encuentran cantidad de tiendas y cuchitriles. Al final hay un mercado de buhoneros “La Carioca”que no es impresionante, pese a lo limpio y ordenado del lugar. Enfrente se encuentra el interesante y bien logrado mercado “La Sapoara”, bañado por el Orinoco y en donde encontrará comida típica, pescado de río artesanía y otros enseres que los lugareños compran con ahínco. NO OLVIDE: Visitar el Museo de Arte Moderno Jesús Soto que es realmente extraordinario. Esta obra cuyo proyecto fue donado por Carlos Raúl Villanueva recoge en siete espectaculares salas, obras del maestro en una perfecta comunión con piezas de Fernand Léger, Sonia Delanuay, Cruz Diez, Man Ray, Vasarely y otros genios de las artes contemporáneas. Vale la pena mil veces venir a este sensacional museo.
Museo de Arte Moderno Jesús Soto Avenida Germania, Ciudad Bolívar, estado Bolívar Teléfono: (0285) 632.05.1. Caminar por los jardines de la Casa San Isidro, hacienda donde el Libertador redactó su discurso ante el Congreso de Angostura. Recorrer el Fortín del Zamuro, con historias increíbles y vista privilegiada sobre el casco histórico. Llevarse el conmovedor libro “Bonjour Tristesse” de Francoise Sagan, para despertar todo los bellos sentimientos que guarda su alma. Los Viajes de Montenegro se transmiten de lunes a viernes a las 7:00am, 3:00pm y 6:40 pm, y los sábados a las 9:00am por la nueva Mágica 99.1fm. @alvaromont, @montenegroalvaro

1 comentario:

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