viernes, 31 de enero de 2014

Maracaibo: Tierra del sol amada.

Maracaibo es una ciudad espectacular y el centro de Maracaibo, me parece único. Lo primero que hicimos al llegar entramos en la Casa de la Capitulación, enfrente a la Plaza Bolívar. Esta casona colonial es célebre porque aquí se firmó la capitulación, del último Capitán General que tuvo Venezuela y además se hospedó Bolívar en 1826. A un lado está el precioso Teatro Baralt inaugurado en 1883, donde se proyectó la primera película en toda Venezuela. El plafón del techo de este teatro es una obra de arte de 540 metros cuadrados, realizada por el pintor zuliano Antonio Angulo en el más puro estilo “Art Deco”, digna de competir con las mejores pinturas del mundo. Me recordó al plafón de la Ópera de París, pintado por el ruso Marc Chagall. Hacia el otro lado de la plaza está el Palacio de Las Águilas, un edificio precioso que alberga la sede de la gobernación del estado Zulia. Hacia el otro lado está la Catedral de Maracaibo, donde veneran a un Cristo negro muy milagroso.
Después de ese baño de historia, seguimos hacia la Basílica de la Chinita, donde está la Santa Patrona Zuliana, que tanta fe despierta en todo el territorio nacional. Desde allí caminamos, pasando por el mercado de “El Saladillo”, hacia el Centro de Arte Lía Bermúdez. Todo el trayecto estuvo repleto de vendedores ambulantes de “cepillaos” y “lampazos”, que son los coletos zulianos. Además conocimos a unos taxistas únicos en Venezuela, que usan unas mangas largas en un solo brazo para protegerlo del sol, y sujetan unos cartones con la mano, para dirigir el aire hacia sus caras cuando el carro avanza.
Después nos fuimos al Parque la Vereda del Lago que es un lugar sensacional. Recomiendo a todo el que visite Maracaibo visitarlo, porque hay un tranvía antiguo, un parque acuático, zoológico, fuentes de soda y todo lo necesario, para pasar unas horas felices respirando aire puro. Aquí los marabinos hacen sus ejercicios diarios, trotando o caminando al borde del lago. Desde un lado del parque, se puede ver a lo lejos el Puente sobre el Lago, que de noche luce espectacular debido a las luces de colores que los mandatarios regionales le pusieron.
En las afueras de Maracaibo, vale la pena visitar la Laguna de Sinamaica, para que observes los palafitos que le dieron el nombre a Venezuela, y el Castillo de San Carlos, que guarda tantas leyendas de piratas, buques alemanes y presos políticos de la dictadura gomecista. Maracaibo es una ciudad realmente espectacular, anímate y lleva a tu familia a conocerla en plan turístico, porque la van a pasar buenísimo y no lo lamentarán.
COMO LLEGAR: Desde Maiquetía vuelan Aeropostal, Aserca, la Venezolana y Conviasa, en vuelos desde las 7:00am hasta las 8:00pm. También hay vuelos desde Barcelona, Maturín, Porlamar, Puerto Ordaz y Valencia, pero casi todos pasan por Maiquetía. Por tierra, la mejor opción es ir a Barquisimeto y seguir hacia Carora. Luego tomas la dirección a Cabimas y llegarás al puente sobre el Lago, que te abrirá las puertas de esa bella Maracaibo. Desde Barquisimeto son 318kms. de paisajes agradables, que no se te harán largos. Eso sí, evita manejar de noche por esas carreteras, que en ciertos tramos tienen muchas curvas peligrosas. DONDE HOSPEDARSE: Hoy les voy a recomendar la posada Mi Rancho, teléfono: (0261) 719.45.31, que está cerca del aeropuerto y es un remanso de paz y zulianidad. NO OLVIDES: No lleves chaqueta a Maracaibo, pero sí un suéter para aplacar el frío que producen los aires acondicionados más fríos de Venezuela. Todos los lugares climatizados son helados, así que prepárate. Si quieres comer rico, visita “Mi Vaquita”, restaurante tradicional de carnes que tiene un ambiente alegre y distinguido.

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